La Neuralgia Postherpética (NPH) es un dolor neurálgico que persiste después de que la erupción se haya curado. La NPH puede durar de 3 a 6 meses, o incluso persistir por más tiempo. Suele ser más común y grave en personas mayores que en personas más jóvenes. Después de los 50 años, hasta un 30% de los pacientes con Herpes Zóster desarrollarán Neuralgia Postherpética1.
Cuando la erupción por Herpes Zóster haya sanado, pueden quedar cicatrices o incluso desarrollarse cambios en la pigmentación de la piel. Asimismo, en algunos casos es posible manifestar una infección secundaria tras la erupción de la culebrilla2.
Ocurre cuando el virus infecta el nervio facial causando erupciones en la frente y una inflamación dolorosa en los tejidos. Las personas pueden desarrollar queratitis, escleritis, uveítis y necrosis retiniana aguda. Las secuelas prolongadas o permanentes del Herpes Zóster Oftálmico pueden dar lugar a pérdida de visión3.
Como consecuencia del Herpes Zóster, se pueden presentar además complicaciones en el sistema nervioso periférico y central, así como complicaciones cardiovasculares. A largo plazo, dichas consecuencias pueden generar un impacto negativo en la calidad de vida de los pacientes2.
Descubre si tú o alguien de tu círculo cercano está en riesgo de padecer Herpes Zóster.
Después de la varicela, el Virus Varicela Zóster permanece latente en el sistema nervioso y puede reactivarse con la edad2.
A medida que las personas envejecen, las células del sistema inmune se debilitan, por lo que aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad. Se calcula que aproximadamente más del 90% de los adultos mayores de 50 años se infectaron por el virus que causa la varicela y, por tanto, se encuentran en riesgo de desarrollar Herpes Zóster2,3.
La incidencia del Herpes Zóster en poblaciones inmunocomprometidas crece exponencialmente. Por ejemplo, en personas que hayan recibido trasplante de médula ósea, la probabilidad de presentar un Herpes Zóster respecto a la población general, puede ser hasta 12 veces mayor4.
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